martes, 26 de marzo de 2019

EL TESORO DE PUERTO RICO



No hay enclave más bello, el Alto y el Bajo, quizá sea el más querido por la gente de Marbella. Me refiero al paraje de Puerto Rico a los pies de su gran farallón que se extiende por el piedemonte al norte de la ciudad. Lugar con muchísima historia y prehistoria, pleno de rincones ocultos, mágicos y frágiles. Cada persona conoce el suyo, al que fue en algún momento de su vida, ya sea un manantial, una cascada o un sitio escondido. Quien por allí ha pasado tiene una historia que contar y todas se funden para convertirlo en el bien público más preciado. La riqueza de la ciudad no puede entenderse sin la exuberancia de Puerto Rico.


Lugar de restos arqueológicos de la Prehistoria, de cuevas, pechos y abrigos que aún protegen sus secretos. Paisaje de abundante agua porque en 1828 “...don Francisco Asís Roldán tiene en su hacienda de Puerto Rico un nacimiento de agua potable mui sobrante para beneficiarla”; se trataba de la primera traída de agua a la ciudad por medio de un acueducto que se cae a cachos.
Era rico en huertas y molinos, también yacimiento minero desde la Antigüedad que siguió explotándose hasta el siglo XIX y extensiones en el XX, con ese recuerdo del ferrocarril minero que lo atraviesa por Puente Palo. Fue arcadia para el doctor Jiménez de Ledesma que vislumbró sus posibilidades salutíferas para curar a los tuberculosos en su finca Zaragoza como narra Lucía Prieto.

Zona de bosque de pinos, sembrado de olivos abandonados y almendros y naranjos que perdieron su ser, de tradiciones primitivas como la del tostón y punto de inicio del ascenso por promesa o romería a la Cruz Juaná y, como no, de leyendas. Me han contado una, no he podido constatarla documentalmente, es un poco forzada y se llama como el nombre de parte de la finca, “Manzah al Kaïd” (el balcón del jefe), su autor es Robert Charroux, que fue conocido escritor de ciencia ficción francés que, como suele suceder en este tipo de historias, incluye un fabuloso tesoro de oro escondido guardado por el diablo y que comienza con un árabe muy rico que quiso tomar para su harem la hija de un cadí del antiguo Marruecos y terminó en Marbella allá por el siglo VIII o IX. En cuestiones de leyendas la imaginación no tiene límites.

Tras este exordio comienzo a tener sueño. Es la hora de la siesta y he encontrado una recachita a la sombra de un olivo. Oigo voces de niños jugando al fútbol. No me molesta, nada me molesta ya…

Ahora Puerto Rico Bajo es un maravilloso parque periurbano al que se accede por el carril bici que conecta con la vía verde que se ha construido por el antiguo trazado del ferrocarril. Son miles de metros cuadrados de naturaleza con la gran casa restaurada como centro de interpretación que recibe miles de visitantes anuales donde se exponen sus valores medio ambientales y culturales. Hay distintos recorridos que encantan a los senderistas, muchos ciudadanos acuden a diario para escapar de la ciudad, ya sea para correr, escalar, pasear a pie o en bicicleta o simplemente para visitar sus albercas, canalizaciones y huertas recuperadas o para poder avistar su fauna revitalizada. Los colegios acuden con frecuencia ya que Puerto Rico es como una asignatura obligatoria. Se ha convertido en el pulmón de Marbella, en su emblema, un monumento natural del que nos sentimos muy orgullosos….

-        ¡Eh, eh! Despierta

-        Perdón, me había quedado dormido y soñaba

-        ¿qué soñabas?

-        ¡ejem! nada, da igual, bueno sí, deseaba que de una vez por todas hubiera algún gobierno municipal ambicioso porque solo políticos excepcionales son capaces de emprender proyectos excepcionales pero lo que he soñado creo que era otra leyenda, no existe esa clase de políticos.

-        Venga, vamos ¿seguro que no fue una pesadilla?
    -      Es posible porque vi, oculto entre carpetas, algún proyecto 

       de urbanización, será porque me han sentado mal los  
       
       madroños.

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