viernes, 23 de agosto de 2019

DE BAÑOS ÁRABES A SEDE DE LA POLLINICA



La pista me la dio Lina Urbaneja el otro día al releer un documento de 1496 que ya habíamos trabajado hace muchos años. Cuando tienes que transcribir cientos de documentos, en ocasiones, puedes pasar por alto detalles importantes. La cita, sobre unas casas, decía así: “que son en la dicha çibdad de Marbella que an por linderos los baños e casas de Gonçalo de Toledo, e de la otra parte casas de Pedro el Sarco, espadero, e la calle real”.  Esta mención se sumaba a la de la merced de los Reyes Católicos a Fernando Vallejo del mesón de la Puerta de la Mar que lindaba por “delante una parte las dichas dos tyendas que son anexas a las dichas casas e mesón e de la otra parte los vannos e las calles rreales”.


Durante años me planteé la posible ubicación de los baños, dudé a un lado y a otro, incluso sospeché de un inmueble cercano pero no tenía certeza alguna, hasta ahora. La historia es una ciencia sometida a continua revisión y es grato poder hilar el relato de una nueva hipótesis que pone sobre la mesa el lugar donde estuvieron los baños principales de la ciudad. Y digo principales porque pudieron no ser los únicos.

Vázquez Clavel en sus Conjeturas de Marbella supone unos baños en otro lugar: “Por la parte superior, y muy inmediato al Estanque se conserva un pozo artificialmente embobedado en las Casas, que fueron de Luis Delgado, y poseen hoy los herederos de Doña Inés de Lima, comprehendiendo la bobeda toda la sala baxa, patio, y parte del portal: y según aparece pudo tener alguna comunicasion con otra obra subterránea de arcos, y bobeda, que se descubrió en la Calle alta del muro, que se conserva a la espalda de las Casas principales de mis Padres: y su disposición, según informan testigos oculares, parecía destinada para baños, o para repartimiento de aguas…”. Según los censos de propios de 1793, esas casas principales estaban frente a la Pescadería y la Puentezuela, La pescadería pública estaba en el puente de Ronda, junto a la fuente del Chorrón, por lo que la vivienda de los padres del presbítero estarían en lo que es hoy calle Chorrón número 1 o plaza de Puente de Ronda 5 y los supuestos baños estarían donde se levanta el inmueble situado entre calle Solano y fachada a calle Remedios 8 o 10, que en aquella época estaba adosada a la muralla o Muro Alto.
Los baños era una pieza imprescindible en las ciudades andalusíes, se situaban en lugares con buena recepción de agua, cercanos a las puertas de las medinas y próximos a las mezquitas principales. Los Reyes Católicos, en la conquista del Reino de Granada, se quedaban los baños que con el tiempo eran otorgados por merced o pasaban a formar parte de los propios de la ciudad. En España se conservan muy pocos porque no gozaban de especial predilección cristiana y sus restos o solares terminaban destinándose a otros fines.

Pero volvamos a nuestros baños árabes, suponíamos que estaban en el entorno del mesón de la calle San Juan de Dios sin poder precisar el lugar exacto, la casa de Gonzalo de Toledo tampoco aportaba mucho salvo que lindaba con los Baños, la casa de Pedro El Zarco y la calle Real, poca cosa. Sin embargo, tras una exhaustiva búsqueda documental y por comparación de los linderos y de otros propietarios hemos podido ubicar la casa y, por tanto, los baños.

En 1533 los Toledo habían comprado la casa del mercader Pedro El Zarco y las de Juan de Córdoba. Las referencias de los siglos XVI y XVII son suficientes para una localización con garantías. Un resumen de esas lindes son las siguientes: en 1533 “por las espaldas la muralla de esta ciudad”; en 1538 “por las espaldas la calle de la muralla” y “por delante lado y espalda con las calles reales”; 1551 “por las espaldas la calle del Muro”; 1552 “con la calle que junto el muro en la puerta de Mar y la plazuela” y “casas situadas en la puerta del Mar linde otras casas y con la casa que va junto a el muro de la puerta de la Mar y la plazuela”.

En el siglo XVII, por la anexión de inmuebles, era la casa grande del bachiller Toledo con fachada principal a la calle Nueva, el lateral de levante a la plazuela de la Mar y a las espaldas la calle del Muro que daba a la puerta de la Mar. Con estos datos podemos reconstruir el paisaje de la época, la manzana que forman las casas que estaban frente a la Puerta de la Mar, hacían esquina frente a los baños, que en pocos años y probablemente por su ruina, fueron convertidos en carnicería pública.

De la carnicería pública sabemos poco, la última referencia que disponemos de los baños es de 1498 en la que los reyes confirman la renta de los baños para los propios y la primera de la carnicería es de 1540. En esos 42 años, silencio. No sabemos nada. Podemos confirmar sin embargo que en el siglo XVIII aún se conservaba la canalización subterránea de traída de las aguas, muy bien descrita de nuevo por Vázquez Clavel: “Tenia para desagüe por la parte inferior una mina de vara , y media de ancho , y quatro de alto de la misma argamasado derretido : y su dirección por las Casas, que hoy posee Don Gaspar Barragan y Amores , y por la Carnicería persuaden, que desembocaría à la izquierda de la Torre de la Vela en la immediata Cañada”. Es posible que en 1612 la tienda anexa a la carnicería mantuviera algo de los restos de los baños “una tienda en la plazuela de la Carnesería que dizen de la Bóbeda”.


La demolición de la puerta de la Mar modificó el entorno con la construcción de la línea de viviendas que confinaban con la carnicería en la actual calle de Enrique del Castillo. De la carnicería poco sabemos. En 1834 “que la carneceria publica de la misma carece de la limpieza y aseo nesesario, por estar inutilisada tambien otra cañeria por donde se conduce el agua a aquella, nesesitando ademas reedificar las peredes (sic) de su corral de consejo que se hayan caídas”. 


Tras años de abandono en la década de los 80 pasó a ser taller de cerámica de la Universidad Popular y recientemente, sede de la cofradía de la Pollinica. Un largo periplo del que apenas quedan huellas más que las de la memoria, aunque su subsuelo promete guardar el secreto hasta que hábiles manos arqueológicas nos confirmen todo lo documentado.