lunes, 27 de septiembre de 2021

LA PUERTA DE ESTEPONA



Fragmento del dibujo de la ciudad de Pedro Texeyra. 1625.











Pedro Texeyra, al describir la ciudad en el siglo XVII, afirmaba lo siguiente: La forma de esta ciudad es cuadra... Tiene cuatro puertas en medio cada una de su lado, las tres miran a tierra y la otra sale a la playa...”. Además de las conocidas puertas de la Mar, Málaga y Ronda, Texeyra incluía una cuarta nunca citada en documentos ni bibliografía. Incluso una intervención arqueológica realizada en la zona a principios de los 90 no dio ningún resultado en cuanto a la muralla y por supuesto sobre la existencia de la puerta “fantasma”.
Esto me llevó a negar su existencia aunque todos los indicios apuntaban a que tenía visos de realidad. Los historiadores, pragmáticos documentalistas, nos basamos en las pruebas y lo demás lo dejamos en hipótesis y hoy la hipótesis ha dado paso a la constatación de que la Puerta de Estepona existió pero por circunstancias aún desconocidas se esfumó su memoria.

Detalle de Huerta Chica y la "Puerta de Estepona" del dibujo de las Respuestas Generales del Catastro de Ensenada (1752-1754)

El dibujo de la ciudad, realizado con motivo de la realización de las Respuestas Generales del Catastro de Ensenada entre 1752 y 1754 y que se encuentra en el Archivo Histórico Provincial de Granada, pese a su ingenuidad casi naif es una gran fuente de información por sus detalles. En el entorno de Huerta Chica se aprecia una pequeña puerta en la muralla, distinta en tamaño y composición respecto a las otras tres puertas. Un poco más abajo, casi en la esquina del actual cruce con la carretera, hay otra idéntica.

Vista de la zona de Huerta Chica. A la izquierda se observa un fragmento de muralla que daba a la actual calle Pedraza, detrás se aprecia el muro de la Huerta Chica y cómo se constata el ángulo que formaba la muralla lejos de la recitud en paralelo a la actual calle Huerta Chica.



El dibujante quiso resaltarla pero no era una puerta monumental, acaso un postigo, situado en una muralla cada vez más deteriorada y que estaba dejando de cumplir su función de defensa. Llama la atención que la muralla rompe su rectitud para, en un extraño ángulo, introducirse casi hasta la actual plaza de la Victoria.

Detalle del plano de "La ciudad de Marvella y su Castillo". 1736
















Este esquema nos está hablando de la posibilidad que en origen fuera una puerta similar a la de la Mar, incluso con su puente sobre el arroyo que surtía la cava o foso que, por motivos que desconocemos, acaso una crecida del río, desapareció sin dejar rastro. De hecho, el mismo Texeyra en su dibujo de la ciudad coloca una torre en donde se situaría la supuesta puerta algo que nos podría indicar que entre los siglos XVII y XVIII la puerta “monumental” dio paso al postigo. 

Vista de la entrada de la calle de la Victoria desde Huerta Chica












La degradación de las murallas de la ciudad comenzó en el siglo XVIII para prácticamente desaparecer en el XIX quedando testimonios y pequeños restos “fosilizados” entre viviendas.
Así, cuando se dibujó el plano de la ciudad de Marbella y su Castillo en 1736 no aparece la puerta y la muralla aparece recta en ese tramo, por lo que ya suponemos que era un postigo y con tan escasa entidad que no mereció el interés del ingeniero.

Puerta de la Mar. Las viviendas al situarse sobre las murallas mantuvieron el esquema. El foso estaba donde aparece el carro.



Cumpliría como las otras puertas de la ciudad la premisa de foso, puente levadizo, camino fortificado en rampa y puerta de acceso directo, incluso mantiene una regularidad urbana sobre la que ya escribí en mi tesis ya que las puertas tienen unos ejes en línea recta que indican una trama urbana planificada.
Era la Puerta de Estepona porque enlazaba con el camino a la ciudad vecina, unos 200 metros al norte de la carretera, con entrada por la actual calle Castillejos y con continuidad por la avenida Jacinto Benavente.




domingo, 9 de mayo de 2021

EL CORDEL DEL CAMINO DE LOS PESCADORES. PUERTA VERDE DE MARBELLA A RONDA

Vista del Pantano de la Concepción desde el Cabrero

Ayer decidimos emprender la aventura de ir andando a Ronda por el antiguo Camino de los Pescadores. Para mi fue, además de una actividad deportiva, un acto de reivindicación de su memoria. Ahora que se utiliza como lugar para la práctica de senderismo, ocio y contacto con la naturaleza, se suele olvidar su intensa historia.

Gracias a Carlo, Alberto y Alex por esta bonita jornada.



El Camino de los Pescadores fue una de las arterias de comunicación fundamentales con el interior de Andalucía en el pasado: “y los que vienen por el camino de Ronda son de Ronda y de Olvera y del Haraal y de …y de Osuna y de Marchena y de otras muchas partes”.

Junto a este cordel había otro el de los Pescaderos, con el que no hay que confundirse, que partía pasado arroyo Segundo y el ventorrillo de Cano en dirección a Ojén pero que hoy queda fuera de esta narración.


De Marbella salía el pescado y a Marbella venían los productos que no teníamos. De hecho, la ciudad tenía un privilegio concedido por los Reyes Católicos por el que no se permitía sacar pescado sino era a cambio de bastimentos como se afirmaba a mediados del XVI: “Y que esta es renta que los Reyes Católicos hizieron merced a los propios de Marvella que es la mayor y más prinçipal que en ella ay por razón que los que vienen por pescado an de traher carga de bastimento al alhóndiga de Marvella e toman sal y alvalá de cómo trajeron carga e pagan los derechos a los propios”. Era la Renta Mayor “la qual se llama la renta mayor y se arrienda por cien mill maravedís”.

Vista de Sierra Blanca desde el Cortafuegos

Marbella tenía problemas de abastecimiento de productos esenciales por lo que para mantener la ciudad era imprescindible cuidar los caminos de pescadores en buenas condiciones y los tratos con los arrieros con las mejores ventajas porque “lo qual a sido y es cabsa de no se poder sustentar y alimentar, porque por ser la tierra tan estéril de pan…”.

Los arrieros eran fundamentales “porque los harrieros que a la dicha çibdad bienen por pescado traen al halhóndiga de la dicha çibdad cargas de trigo y de harina y zevada y otros mantenimientos”.

Virgen de la hornacina del Puerto de la Fuenfría

Iniciamos el camino desde la urbanización Los Pinos del Ángel, aunque los arrieros lo iniciaban desde la ciudad, todo por evitar la intensa urbanización de la zona, justo donde un cartel señala el inicio de la actual pista de la Puerta Verde de Marbella.

El viaje se solía hacer de noche y en verano: “y por el peligro que an de ríos de inbierno en medio en el camino y riesgo de moros, mayormente en berano ques quando los moros más continamente corren y los harrieros caminan de noche y por la misma razón los harrieros de Ronda, porque de Ronda a Marvella ay una jornada de siete leguas y no más de un río en el camino”. Como testimonio de este trayecto han quedado numerosos abrevaderos y descansaderos que son un regalo sobre todo cuando aprieta el calor como sucedió ayer.

Abrevadero de Conejeras

A cinco kilómetros del punto de partida cuando se llega a los restos de la cancela de entrada a la finca Los Rincones –Los rincones de Machalajachina- (https://marbellenses.blogspot.com/2019/05/los-rincones-de-machalajachina.html) puedes optar por dirigirte a la izquierda para subir por la cuesta del Meliche o seguir recto, como hicimos nosotros, por el camino del Cabrero, zona abierta y con espectaculares vistas al pantano, Sierra Blanca y el mar. Tras pasar por la casa y el corral de cabras a un kilómetro y medio aproximadamente aparece en una curva la fuente del Cabrero que tiene agua todo el año.

Área recreativa de la Fuenfría

Seguimos ascendiendo hasta que, a los diez kilómetros del punto de partida, nos incorporamos al camino del Meliche y paramos a repostar en el merendero del mismo nombre.

Meliche es un nombre rotundo, tiene fuerza pero sobre todo una gran historia de la que existe abundante bibliografía pero me quedo con los trabajos de Catalina Urbaneja Ortiz sobre este personaje. Fue uno de los líderes moriscos en la rebelión iniciada en 1569, convertido en Monfí y terror de los cristianos hasta 1578, que era propietario de estas tierras dedicadas principalmente a la vid para la producción de pasa de lejía. De hecho en algunas de estas laderas aún pueden apreciarse restos de bancales un tanto desfigurados por el paso del tiempo.



Seguimos ascendiendo hasta el segundo merendero, denominado de Venta Quemá, donde, de nuevo, una bifurcación nos obliga a decidir el camino. El de la derecha nos acerca al archiconocido Castaño Santo, sobre el que tantas leyendas se han escrito y que ahora sufre tanta degradación por su abandono y por el inexorable paso del tiempo, pero al ser un camino más largo y transitado por numerosos vehículos a motor que te llenan de polvo hasta las entrañas, decidimos tirar por el cortafuegos que nos lleva a un camino mucho más plácido, de exuberante vegetación que termina en un cruce con el camino principal del Castaño y Puerto de la Refriega.

Desde el cruce, una última subida nos permite acceder al puerto de la Fuenfría donde una hornacina con una Virgen con el niño Jesús en brazos nos recibe.

Fuente de Huerto Malillo

El descansadero de la Fuenfría es un regalo para los sentidos, que espacio tan bonito, con esa fuente de agua fresca y revitalizadora. En este lugar descansaron las tropas del Duque de Arcos cuando salieron de Ronda en una de los últimos episodios de la Guerra contra los Moriscos. La toponimia, Plaza de Armas, Fuerte de Arboto, Puerto de la Refriega, nos traslada a un escenario bélico, una suerte de trauma de la memoria que ha quedado enquistado en los lugares donde sucedieron los hechos.

Tras beber y comer en la Fuenfría continuamos hacia el área recreativa de las Conejeras donde un buen pilón ayudó a refrescarnos. Comenzaba a apretar el calor y el agua se convirtió en algo imprescindible. Desde este abrevadero se inicia un bonito camino que cada vez nos acerca más a nuestro objetivo en dirección, tras cinco kilómetros, a la Fuente de Huerto Malillo, manantial que proporciona al arroyo un caudal permanente de agua. Desde aquí el Arroyo Carbonera pasa a llamarse Río Grande.



Ronda está cada vez más cerca. Tras subir a un cerro la divisamos a lo lejos. La ruta habitual del cordel suele continuar hacia el norte y terminar junto al parque de Bomberos de la ciudad, nosotros quisimos hacer una variante, mucho más bonita por el carril que va paralelo al arroyo de los Linarejos. Entramos en zona cientounera, lo sabemos por las miles de huellas que han quedado fosilizadas en el suelo. Nuestro objetivo es entrar de forma triunfal por el arco de Felipe V. Así que tras cruzar la carretera entramos en zona urbana. Nuestra meta está cada vez más cerca.

Huellas Cientouneras

Tras 48 kilómetros y 1776 de desnivel positivo, el paso por el Puente Nuevo tiene algo de épico y un punto de emoción, la misma que debían sentir los arrieros que habían logrado sobrevivir sin ser asaltados por bandoleros o atacados por lobos. Hoy ya no quedan ni los primeros ni los segundos. Uno de los últimos asaltantes fue Flores Arrocha que en 1933, tras ser abatido, fue trasladado su cadáver en burro a Marbella.

Arco de Felipe V

Este camino de Pescadores debe formar parte de nuestra historia y es necesario recordarlo y cuidar su memoria y así poder explicar que hubo un tiempo que la subsistencia dependía de ellos.

https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/el-cordel-del-camino-de-los-pescadores-puerta-verde-de-marbella-a-ronda-72539049

domingo, 11 de abril de 2021

EL TRIÁNGULO DE SIERRA BLANCA. Una ruta con mucha historia.

 


Tenía ganas de dibujar ese triángulo en el plano y hoy lo he hecho. Es una ruta exigente con un desnivel positivo de más de 1700 m. Une las tres poblaciones que rodean Sierra Blanca: Marbella, Ojén e Istán. Una comarca cargada de historia que aprovechaba las laderas o piedemonte de la sierra en fértiles huertas de regadío.

La ruta transcurre, por completo, por vías pecuarias, veredas y caminos que vertebraban las comunicaciones entre los tres núcleos, por tanto es un recorrido histórico con diferentes hitos que explican nuestro modo de vida en el pasado. 

A mi me gusta comenzar este tipo de rutas a pie desde casa, no me importa sumarle unos kilómetros más y así colaboro en la reducción de emisiones contaminantes. Así que parto desde la iglesia del Calvario hacia Puerto Rico Bajo. Opto por subir por la Hoya de Cabañiles aunque también es posible hacerlo por la antigua vía férrea del ferrocarril minero y desviarse por el basurero hasta llegar al Puerto del Acebuche. 

A partir de aquí comienza el camino Viejo de Ojén, antigua vía pecuaria y de comunicación entre Ojén y Marbella cuando no existía la carretera. Las referencias históricas cuentan lo difícil del camino, solo para bestias y ganado. Su perfil es un claro dientes de sierra que empieza a ponerte en tu sitio. Preciosas vistas, grandes cascadas de travertino y el pilón que se llena del arroyo del Tajo Negro para el ganado es la mejor recompensa.

La llegada a Ojén te obliga a recorrer unos 300 m de asfalto hasta el polideportivo, allí puedes recargar agua en la fuente que hay en la pista de Skate. Cien metros después en una curva te desvías a la izquierda para rodear el pueblo por poniente con unas vistas espectaculares que llegan hasta el mar.



A partir de aquí me he desviado por el camino de la ermita de la Virgencita, que es el primer túnel que hay a la izquierda para pasar por debajo de la carretera. La extraña ermita no me llama la atención pero hay a quien sí. El camino es fresco, de espesa vegetación y se une poco más arriba con el del Cerezal de subida exigente pero con paciencia se hace.

Con la llegada a los Llanos de Juanar el horizonte se abre. Es una zona de especial interés histórico por las pequeñas explotaciones mineras que existieron y agrícolas que existen en un microclima frío. Me dirijo al bosque de pinos para desviarme hacia el puerto de la Viborilla para adentrarme en la Cañada de Juan Inglés, un lugar apartado y poco transitado pero de una belleza inigualable. A la derecha he dejado la zona de los Púlpitos donde también se aprecian catas mineras.

El descenso por la cañada es exigente y divertido, rocas, saltos, quiebros, no hay nada recto pero nunca defrauda. No tiene pérdida. Es un cauce de un río seco que te traslada a un mundo primitivo.

Despiertas de ese sueño cuando te acercas a Istán, el recibimiento es desolador, una verja que siempre está abierta y un "Prohibido el paso, campo de tiro" ahuyentan al más valiente pero no pasa nada no suelen celebrarse competiciones de tiro al plato todos los días. Por la vereda puedes ver numerosos fragmentos de platos. Quizá el ayuntamiento debería de evitar esa "hostilidad".

Desde la plataforma comienzas a ver Istán y sus maravillosas huertas-vergeles de regadío, cuando llegas al asfalto, en un pequeño parque, puedes reponer agua en la fuente. En lugar de dirigirte a Istán (alguna vez he bajado al pueblo para tomar algo) te diriges por el carril de hormigón de la izquierda hacia el sur. Si te quieres acercar a la ermita de San Miguel, la tienes a mano derecha en el cruce de la carretera.



Hay un tramo, el único punto negro en esta ruta, de 500 metros de asfalto por la carretera. Hay que tener cuidado, hacerte visible y meterte en el arcén en cuanto escuches un coche, aunque el tráfico es escaso. Tras ese tramo justo a la izquierda se inicia el camino viejo de Istán que está bien señalizado. 

Era la vía que utilizaban las mujeres de Istán, las cosarias, que llevaban a Marbella sus productos para venderlos y subir con los recados de los vecinos. Era un camino con mucho trasiego que guarda muchísimas historias.

El paisaje es impresionante, a la derecha ves el pantano pero el horizonte se abre con unas fantásticas vistas de la costa. Aún se conservan viejos bancales de la agricultura tradicional con casitas dispersas, muchas abandonadas. No creas que ya todo es descenso, hasta llegar a los Manchones Altos el camino es bastante exigente.



Marbella está cada vez más cerca, nos acercamos a Nagüeles, antigua alquería andalusí pero ya es asfalto, la voracidad urbanizadora ha transformado el paisaje hasta desfigurarlo. También dejas a la izquierda la antigua cantera, ahora convertida en mirador, de donde se extrajeron las rocas para la construcción del pantano. Pasas junto al manantial de Nagüeles, donde puedes bajar a por agua, a la izquierda de la carretera está la cueva de Nagüeles y más arriba los restos de una torre de vigilancia. 



El camino comienza a perder encanto, puedes optar por dirigirte a la izquierda a través del bosque de Nagüeles a la mina de Buenavista y después bajar por Camoján o ir hacia Los Monjes, pero yo ya estoy cansado y he subido un montón de veces por allí por lo que me dirijo hacia casa con ganas de llegar ya.

Han salido 34,5 km pero es una ruta con muchas variantes, se puede iniciar desde cualquiera de los pueblos, se puede hacer corriendo, andando o en tramos. Tiene un potencial enorme como atractivo turístico de naturaleza sobre todo para los dos pueblos. Yo la he hecho a trote cientounero, que es como se denomina esa forma de correr moderada y suave para largas distancias, que solo trotas cuando el cuerpo te lo pide, sin demasiado impacto. He tardado 7,30 horas sin apenas paradas.

Para quien esté interesado puede seguir el track

https://es.wikiloc.com/rutas-carrera/el-triangulo-de-sierra-blanca-70349565