No hay enclave más bello, el Alto y el Bajo, quizá sea el
más querido por la gente de Marbella. Me refiero al paraje de Puerto Rico a los
pies de su gran farallón que se extiende por el piedemonte al norte de la
ciudad. Lugar con muchísima historia y prehistoria, pleno de rincones ocultos,
mágicos y frágiles. Cada persona conoce el suyo, al que fue en algún momento de
su vida, ya sea un manantial, una cascada o un sitio escondido. Quien por allí
ha pasado tiene una historia que contar y todas se funden para convertirlo en
el bien público más preciado. La riqueza de la ciudad no puede entenderse sin
la exuberancia de Puerto Rico.
Lugar de restos arqueológicos de la Prehistoria, de cuevas,
pechos y abrigos que aún protegen sus secretos. Paisaje de abundante agua porque
en 1828 “...don Francisco Asís Roldán tiene en su hacienda de Puerto Rico un
nacimiento de agua potable mui sobrante para beneficiarla”; se trataba de la
primera traída de agua a la ciudad por medio de un acueducto que se cae a
cachos.
Era rico en huertas y molinos, también yacimiento minero desde
la Antigüedad que siguió explotándose hasta el siglo XIX y extensiones en el
XX, con ese recuerdo del ferrocarril minero que lo atraviesa por Puente Palo.
Fue arcadia para el doctor Jiménez de Ledesma que vislumbró sus posibilidades
salutíferas para curar a los tuberculosos en su finca Zaragoza como narra Lucía
Prieto.
Zona de bosque de pinos, sembrado de olivos abandonados y almendros y naranjos que perdieron su ser, de tradiciones primitivas como la del tostón y
punto de inicio del ascenso por promesa o romería a la Cruz Juaná y, como no,
de leyendas. Me han contado una, no he podido constatarla documentalmente, es
un poco forzada y se llama como el nombre de parte de la finca, “Manzah al
Kaïd” (el balcón del jefe), su autor es Robert Charroux, que fue conocido
escritor de ciencia ficción francés que, como suele suceder en este tipo de
historias, incluye un fabuloso tesoro de oro escondido guardado por el diablo y
que comienza con un árabe muy rico que quiso tomar para su harem la hija de un
cadí del antiguo Marruecos y terminó en Marbella allá por el siglo VIII o IX.
En cuestiones de leyendas la imaginación no tiene límites.
Tras este exordio comienzo a tener sueño. Es la hora de la
siesta y he encontrado una recachita a la sombra de un olivo. Oigo voces de
niños jugando al fútbol. No me molesta, nada me molesta ya…
Ahora Puerto Rico Bajo es un
maravilloso parque periurbano al que se accede por el carril bici que conecta
con la vía verde que se ha construido por el antiguo trazado del ferrocarril.
Son miles de metros cuadrados de naturaleza con la gran casa restaurada como
centro de interpretación que recibe miles de visitantes anuales donde se exponen
sus valores medio ambientales y culturales. Hay distintos recorridos que
encantan a los senderistas, muchos ciudadanos acuden a diario para escapar de
la ciudad, ya sea para correr, escalar, pasear a pie o en bicicleta o
simplemente para visitar sus albercas, canalizaciones y huertas recuperadas o
para poder avistar su fauna revitalizada. Los colegios acuden con frecuencia ya
que Puerto Rico es como una asignatura obligatoria. Se ha convertido en el
pulmón de Marbella, en su emblema, un monumento natural del que nos sentimos
muy orgullosos….
-
¡Eh, eh!
Despierta
-
Perdón, me
había quedado dormido y soñaba
-
¿qué
soñabas?
-
¡ejem!
nada, da igual, bueno sí, deseaba que de una vez por todas hubiera algún gobierno
municipal ambicioso porque solo políticos excepcionales son capaces de
emprender proyectos excepcionales pero lo que he soñado creo que era otra
leyenda, no existe esa clase de políticos.
-
Venga,
vamos ¿seguro que no fue una pesadilla?
- Es
posible porque vi, oculto entre carpetas, algún proyecto de urbanización, será porque me han sentado mal los
madroños.
Un sitio precioso, gracias por compartir este excelente post
ResponderEliminarSaludos: administracion de fincas en marbella