El avance en los últimos años en los motores de búsqueda de
internet ha permitido el acceso a documentos que antes era imposible. Ha sido
una grata sorpresa encontrar un poema dedicado al Castillo de Marbella. Se
encuentra en el libro “Poesías” de Carlos Walker Martínez editado en Santiago,
Imprenta del Correo, 1868. El ejemplar se encuentra en la Librería del Congreso
en Washington desde 1876 con introducción de Enrique del Solar.
¿Quién fue Carlos Walker Martínez? La respuesta de nuevo la
encontramos en las redes, nacido en Vallenar el 1 de diciembre de 1842 y fallecido en Santiago de Chile el 05 de
octubre de 1905. Abogado. Inicio su vida política en el Partido Conservador.
Diputado y Senador de Santiago, Maipú y Maipú. Ministro del Interior y ministro
subrogante de Hacienda en el gobierno de Federico Errázuriz Echaurren. Presidió
el Partido Conservador en 1901.
¿Qué hacía en Marbella en 1867? En noviembre de 1866 obtuvo
el título de abogado y decidió marcharse a Europa a defender al Papa de los
garibaldinos (era profundamente religioso) pero yendo a Estados Unidos se lesionó y tardó 4 meses en
recuperarse y fue entonces cuando partió a Europa durante 18 meses. En ese
periplo que tuvo como destino Italia e Inglaterra debió hacer un alto en
Marbella. Desconocemos la causa, su biografía es escueta, pero lo que está
claro es que conocía Marbella por alguna referencia quizá por el poema de Luis
de Góngora “Amarrado al duro banco de una galera turquesca” que cita a Marbella
en una de sus estrofas:
Amarrado al duro banco
de una galera turquesca,
ambas manos en el remo
y ambos ojos en la tierra,
un forzado de Dragut
en la playa de Marbella
se quejaba al ronco son
del remo y de la cadena
que Carlos Walker Martínez parece rememorar en un párrafo de
su libro de poemas:
“Triste de aquel que errante en playa estraña
Vuelve los ojos a su patria ausente,
I el nombre de una virjen inocente
Invoca con respeto i con pasión!
¿Quién calmará su funeral congoja
I quién consolará su angustia i pena?
El ronco son de la fatal cadena
Siempre para el cautivo es ronco son!
Su estancia en Marbella tuvo como resultado un poema que
resalta el abandono y la decadencia de nuestro marbellense Castillo y que denota
cierto grado de decepción:
Pobre castillo, es tan solo
Quien te viene a visitar
Un viajero!... i un viajero
Por mera curiosidad!
Cruza tus desiertos patios
Sin cariño, ni amistad:
¡Indiferente al partir,
E indiferente al llegar!
En aquellos años el castillo sufría el peor de los
abandonos, torres y muros ruinosos y ocupación total del interior con la
construcción del cementerio. Había dejado de tener función defensiva y fue lo
que, en definitiva, llamó la atención del poeta:
Monumento de otros siglos,
Noble castillo feudal,
Hoi abandonado, solo,
I abrumado por la edad!
Castillo sin castellana,
Sin señor i sin solar:
Eres de tu antigua gloria
Memoria triste, i no mas!
Hoy, en vez de tus guerreros
Con corazas de metal;
De tus libres trovadores,
Que te dejan al pasar
Alguna hermosa leyenda
De un caballero oriental,
De una dama prisionera,
O un hechizo singular:
No tienes, viejo castillo,
Mas que el canto funeral
Del búho que en tus almenas
Busca abrigo o tiene hogar!
Tal vez golondrina triste
Que viene cruzando el mar
Plega un momento sus alas
En tu muro colosal!
Mas, la triste golondrina
Te deja pronto i fugaz
Tiende el vuelo solitario
A otras playas, a buscar
Un sol mas ardiente, un cielo
Mas abierto en que volar;
I te deja lamentando
Tu abandono i soledad.
Alguna vez en la tarde
Llega, o castillo, a tu umbral
Alguien… ¿Es un peregrino
Que pide hospitalidad?
¿Es un noble caballero
Que reta en contienda igual
En campo abierto a tu dueño
Viejo Castillo feudal?
¿Quién viene a tocar la puerta
I hacer el puente bajar
Cuando el fiero castellano
En el castillo no está?
¡Ai que no es un caballero
Que con honra va a lidiar!
No es tampoco un peregrino
Que pide hospitalidad!
Pobre castillo, es tan solo
Quien te viene a visitar
Un viajero!... i un viajero
Por mera curiosidad!
Cruza tus desiertos patios
Sin cariño, ni amistad:
¡Indiferente al partir,
E indiferente al llegar!
¿Qué fué de aquellos guerreros
Que en tus muros imponentes
Se abrigaban?
¿Qué fué de esos caballeros
Que en ti sus filas valientes
Estrechaban?
¿Por qué callan los clarines
Que al pié del muro desierto
Resonaron
I a los nobles paladines
A lidiar en campo abierto
Convocaron?
Así todo gasta el tiempo
Con afán devorador;
Así abate cuanto el hombre
Con esfuerzo levantó!
El alcázar suntuoso
Que se alza a las nubes hoy,
Será hecho escombros, mañana
Monumento de dolor.
¿I que valen esas torres
Que al viento escándalo
son?
¿Qué esas letras vanidosas
Que revelan a su autor?
Como el fantasma de un sueño
Pasarán, como pasó
La grandeza hoy abatida
De este viejo torreón!
Pues con tu destino cumples
I tu gloria concluyó,
Queda en paz, noble castillo,
A orillas del mar, i adiós!
Queda en paz con tus recuerdos:
Con el tuyo me voi yo!....
Castillo sin castellana,
Sin solar i sin señor!
Marbella 1867.