martes, 9 de julio de 2019

UN POEMA AL CASTILLO




El avance en los últimos años en los motores de búsqueda de internet ha permitido el acceso a documentos que antes era imposible. Ha sido una grata sorpresa encontrar un poema dedicado al Castillo de Marbella. Se encuentra en el libro “Poesías” de Carlos Walker Martínez editado en Santiago, Imprenta del Correo, 1868. El ejemplar se encuentra en la Librería del Congreso en Washington desde 1876 con introducción de Enrique del Solar.

¿Quién fue Carlos Walker Martínez? La respuesta de nuevo la encontramos en las redes, nacido en Vallenar el 1 de diciembre de 1842 y fallecido en Santiago de Chile el 05 de octubre de 1905. Abogado. Inicio su vida política en el Partido Conservador. Diputado y Senador de Santiago, Maipú y Maipú. Ministro del Interior y ministro subrogante de Hacienda en el gobierno de Federico Errázuriz Echaurren. Presidió el Partido Conservador en 1901.


¿Qué hacía en Marbella en 1867? En noviembre de 1866 obtuvo el título de abogado y decidió marcharse a Europa a defender al Papa de los garibaldinos (era profundamente religioso) pero yendo a Estados Unidos se lesionó y tardó 4 meses en recuperarse y fue entonces cuando partió a Europa durante 18 meses. En ese periplo que tuvo como destino Italia e Inglaterra debió hacer un alto en Marbella. Desconocemos la causa, su biografía es escueta, pero lo que está claro es que conocía Marbella por alguna referencia quizá por el poema de Luis de Góngora “Amarrado al duro banco de una galera turquesca” que cita a Marbella en una de sus estrofas:

Amarrado al duro banco

de una galera turquesca,

ambas manos en el remo

y ambos ojos en la tierra,

un forzado de Dragut

en la playa de Marbella

se quejaba al ronco son

del remo y de la cadena

que Carlos Walker Martínez parece rememorar en un párrafo de su libro de poemas:

Triste de aquel que errante en playa estraña

Vuelve los ojos a su patria ausente,

I el nombre de una virjen inocente

Invoca con respeto i con pasión!

¿Quién calmará su funeral congoja

I quién consolará su angustia i pena?

El ronco son de la fatal cadena

Siempre para el cautivo es ronco son!



 Su estancia en Marbella tuvo como resultado un poema que resalta el abandono y la decadencia de nuestro marbellense Castillo y que denota cierto grado de decepción:

Pobre castillo, es tan solo

Quien te viene a visitar

Un viajero!... i un viajero

Por mera curiosidad!

Cruza tus desiertos patios

Sin cariño, ni amistad:

¡Indiferente al partir,

E indiferente al llegar!



En aquellos años el castillo sufría el peor de los abandonos, torres y muros ruinosos y ocupación total del interior con la construcción del cementerio. Había dejado de tener función defensiva y fue lo que, en definitiva, llamó la atención del poeta:

Monumento de otros siglos,

Noble castillo feudal,

Hoi abandonado, solo,

I abrumado por la edad!

Castillo sin castellana,

Sin señor i sin solar:

Eres de tu antigua gloria

Memoria triste, i no mas!

Hoy, en vez de tus guerreros

Con corazas de metal;

De tus libres trovadores,

Que te dejan al pasar

Alguna hermosa leyenda

De un caballero oriental,

De una dama prisionera,

O un hechizo singular:



No tienes, viejo castillo,

Mas que el canto funeral

Del búho que en tus almenas

Busca abrigo o tiene hogar!

Tal vez golondrina triste

Que viene cruzando el mar

Plega un momento sus alas

En tu muro colosal!



Mas, la triste golondrina

Te deja pronto i fugaz

Tiende el vuelo solitario

A otras playas, a buscar

Un sol mas ardiente, un cielo

Mas abierto en que volar;

I te deja lamentando

Tu abandono i soledad.



Alguna vez en la tarde

Llega, o castillo, a tu umbral

Alguien… ¿Es un peregrino

Que pide hospitalidad?

¿Es un noble caballero

Que reta en contienda igual

En campo abierto a tu dueño

Viejo Castillo feudal?



¿Quién viene a tocar la puerta

I hacer el puente bajar

Cuando el fiero castellano

En el castillo no está?

¡Ai que no es un caballero

Que con honra va a lidiar!

No es tampoco un peregrino

Que pide hospitalidad!



Pobre castillo, es tan solo

Quien te viene a visitar

Un viajero!... i un viajero

Por mera curiosidad!

Cruza tus desiertos patios

Sin cariño, ni amistad:

¡Indiferente al partir,

E indiferente al llegar!



¿Qué fué de aquellos guerreros

Que en tus muros imponentes

Se abrigaban?

¿Qué fué de esos caballeros

Que en ti sus filas valientes

Estrechaban?



¿Por qué callan los clarines

Que al pié del muro desierto

Resonaron

I a los nobles paladines

A lidiar en campo abierto

Convocaron?



Así todo gasta el tiempo

Con afán devorador;

Así abate cuanto el hombre

Con esfuerzo levantó!

El alcázar suntuoso

Que se alza a las nubes hoy,

Será hecho escombros, mañana

Monumento de dolor.



¿I que valen esas torres

Que al viento escándalo  son?

¿Qué esas letras vanidosas

Que revelan a su autor?

Como el fantasma de un sueño

Pasarán, como pasó

La grandeza hoy abatida

De este viejo torreón!



Pues con tu destino cumples

I tu gloria concluyó,

Queda en paz, noble castillo,

A orillas del mar, i adiós!

Queda en paz con tus recuerdos:

Con el tuyo me voi yo!....

Castillo sin castellana,

Sin solar i sin señor!



Marbella 1867.

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